TU TIPO DE PIEL

Antes de nada, he de decirte que no quiero ahondar demasiado en los aspectos propios de dermatología o cosmetología, porque no soy ni dermatóloga ni cosmetóloga, a menos a día de hoy. Para eso, puedes visitar otros blogs y canales de youtube como los de África Montejo, Miriam Llantada o Bárbara Gees.

Creo que es necesario hacer unas consideraciones previas para identificar tu tipo de piel antes de hablar de temas como la elección de una crema hidratante.

Se habla de pieles secas, normales, mixtas y grasas; pero, ¿qué ocurre cuando nuestro tipo de piel no encaja en esta clasificación? No sé a ti, pero a mí me generaba malestar pensar que mi piel era ‘rara’.

Entonces di con el Curso de Dermocosmética de Bárbara Gees. Ella hace una clasificación (o clasificaciones, mejor dicho) mucho más extensa de los tipos de pieles. Ésta es la que sigo yo habitualmente, y quiero tratar algunos aspectos clave:

Además de la clasificación que ya conocemos, en función de los lípidos, debemos tener en cuenta el nivel de hidratación que tenemos (que, si estás leyendo en español, lo normal es que tengas la piel deshidratada): ya habrás oído muchas veces lo importante que es mantener en equilibrio el manto hidrolipídico, pues no es más que eso. En mi caso, con la piel atópica, tarea difícil no, ¡lo siguiente! Como lo descuide unos días….

Hablando de mi piel atópica, es importante tener en cuenta todos los rasgos «extras» de la piel: piel sensible, reactiva, atópica, manchas, acné, piel con rosácea, cuperosis, vitiligo… En la mayoría de estos casos, ante estos tipos de pieles debemos consultar con un dermatólogo o dermatóloga.

Y, el último aspecto del que te voy a hablar hoy es el grado de envejecimiento de la piel hay que tenerlo en cuenta. Y especifico: de la piel. Porque no es lo mismo una piel grasa de una persona con 60 años que una seca de 45… Siempre se ha dicho que es mejor prevenir que curar. Como regla no escrita, empezamos a utilizar productos anti-envejecimiento sobre los 25 años. Antes, sí que es conveniente empezar a utilizar los productos básicos para el cuidado facial (entre otras cosas, para coger rutina), pero depende de las características de cada piel.

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