¿El fin de la Cosmética «Sin»?

Esta semana estaba hablando con mi amiga Loret. Loret ha empezado a interesarse en los ingredientes de sus productos de cuidado de la piel, y yo estoy feliz de haber tenido algo que ver.

Ella estaba buscando champús, y dio con una marca en la que ponía «la lista no, no, no». Cuando leí ésto, en mi cabeza sonaba la canción de Amy Winehouse, ¿será lo que buscaban? 🤔

Risas aparte, vamos a remontarnos a un año atrás: concretamente al 1 de Julio.

En esa fecha entró en vigor un documento explicativo a la legislación europea sobre productos cosméticos, el Reglamento (CE) 1223/2009. En el artículo 20 se trataba el tema de las reivindicaciones de los productos cosméticos, pero fue necesario ampliar este tema en el Reglamento (UE) 655/2013 y, posteriormente se hizo un Informe sobre dichas reivindicaciones en 2016 y, un Documento Técnico en 2017.

Este Documento generó gran expectación mediática. Por un lado, a todas las empresas que basaban (y basan) sus estrategias de marketing en el reclamo «sin» y por otro, a profesionales de la cosmetología y personas usuarias de cosmética en general. Se estuvo diciendo que era una normativa muy importante, que iba a suponer un antes y un después… Pero yo no lo vi así, y así os lo dije cuando hablé de este Documento en el blog.

Recientemente, Míriam Llantada trató el tema en un vídeo muy interesante. En un momento del vídeo, ella decía que los productos que estaban en stock no los habían tenido que retirar, pero que los nuevos ya tenían que estar adaptados a los criterios actuales. Es verdad que es lo que dice el Documento, pero, ¿por qué se iba a hacer caso a estas recomendaciones, cuando nunca se ha hecho mucho caso ni a la legislación ni a las recomendaciones respecto a los productos cosméticos?

Hace uunos meses que mi amiga le compró esta champú a su hija…
…y que yo compré este aceite desmaquillante.
Y solo hace unas semanas que compré esta loción corporal (de otra marca)

Ok, pudieron ser productos fabricados anteriormente, no voy a decir que no. Pero en Septiembre de 2020 entramos en las páginas de esas marcas:

Que digo yo… Los envases que ya estaban hechos no hay que retirarlos, pero las webs… ¿Por qué no se puede adaptar la web a la «normativa»?

A mí, particularmente, no me parece mal que se publicite ser una cosmética sin: sin sulfatos, sin siliconas, sin parabenos, sin tóxicos… A ver, que muchas veces he dicho que no me parece bien, especialmente lo de «sin tóxicos» pero a mí, como consumidora, ¡me facilitan la elección! Por lo general, si en una estantería veo en grande «sin sulfatos, sin siliconas» voy a ir primero a ver ese bote de champú que otro. Porque ver un INCI tras otro, con las letras tan chicas que ponen, es complicado (y más siendo miope); así que prefiero no tener que mirar 50 botes… Esque es lo mismo que pasa con los certificados de cosmética ecológica, que no se están poniendo en duda (¡¡faltaría más…no !!).

Pero comprendo a las otras empresas que no quieren dejar de incluir ciertos ingredientes en sus fórmulas, porque están utilizando ingredientes permitidos, las autoridades no los consideran tóxicos… Y, si otras empresas presentan sus productos como «sin X ingrediente», pues se le está diciendo a la persona consumidora «usa este producto, que no tiene tal sustancia mala para la salud». Que, si se han puesto en tela de juicio, es por algo, algún estudio habrá…

Varios apuntes…

Se dice que hay personas que no quieren parabenos porque han escuchado que son malos, que pueden provocar cáncer… Se ha demostrado que son disruptores endocrinos, pero también es verdad que fueron objeto de una campaña de marketing que los demonizaba… Y, además, todos los parabenos fueron tratados por igual. ¿Qué ha provocado? Que se popularicen otros conservantes que tampoco son recomendables.

«La quimiofobia se fundamenta en la desinformación». O en la información de los medios no-oficiales. Y, digo yo, ¿no se puede formar al grueso de la población?, ¿es necesario que se impida la libertad de las empresas para publicitar sus productos? Y lo digo con conocimiento, que estoy estudiando el tema y no es fácil encontrar la información. Me matriculé en un curso de Cosmetología, me puse a ver el contenido del curso y tuve que renunciar a él por la escasa (escasísima) formación que ofrecía.

También es verdad que lo correcto, si yo soy alguien que puede decir qué es correcto y qué es incorrecto, es que se reivindiquen los beneficios de un producto frente a otro, en lenguaje positivo; pero debe ser lícito promocionar aquello que le diferencia de la competencia como se desee.

¿Qué pensáis al respecto?

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