Ya te hablé del cuidado bucal en Julio del año pasado, de los ingredientes que a mí me gusta evitar, pero creo que es conveniente que actualice la información cada cierto tiempo.
¿Sabemos qué es la placa dental? Es importante eliminarla y que ésta no se convierta en sarro y, lo más importante, que no vaya a derivar en problemas de salud como la gingivitis y la periodontitis.
Tradicionalmente se nos ha hecho ver que la pasta de dientes debía contener flúor y triclosán, pero actualmente hay estudios que desaconsejan el uso de estos ingredientes.
El triclosán es usado por su capacidad antibacteriana y fungicida, pero si lo ingieres puede ocasionar graves problemas. Por un lado al medio ambiente, ya que este bactericida no se elimina en las plantas de depuración de residuos y va a parar a los ríos y los contamina, además impide a las algas hacer la fotosíntesis… Y por otro lado, a la salud de animales y personas.
Se ha dicho que actúa de disruptor endocrino (esto es, que altera el desarrollo normal de las hormonas), que modifica la composición de la flora intestinal, que contribuye a un mal desarrollo del cerebro y a la resistencia a ciertos antibióticos, que puede provocar cáncer… No hay estudios concluyentes que establezcan relación entre el triclosán y la salud en las personas humanas, pero tampoco está claro el beneficio de su uso y sí lo está la posibilidad de graves perjuicios. Cada persona es libre para tomar la decisión que prefiera.
Dos últimos apuntes a favor de este ingrediente: solo se permite que los dentífricos contengan un 0’3% de esta sustancia y un 0’2% en los enjuagues bucales (cantidades seguras, aunque debemos tener en cuenta la acumulación entre las cerdas del cepillo y el efecto acumulativo al usar diferentes productos cosméticos con triclosán) además, no todas las pastas de dientes contienen triclosán.
El flúor es esencial para las personas, para mantener los huesos y los dientes fuertes. Lo que ocurre es que un exceso de flúor puede ser contraproducente para el medio ambiente y para la salud de los seres vivos. El ser humano está expuesto al flúor en la comida, la bebida… incluso en productos de higiene y cosmética.
Es especialmente preocupante en el caso infantil, cuando pueden aparecer graves problemas como la fluorosis dental. Debido al exceso de flúor durante la etapa de desarrollo de los dientes, se da una alteración en la formación del esmalte.
En la mayoría de casos solo es una cuestión estética, pero hay algunos casos en los que la persona es más propensa a tener caries por esa fluorosis. Es por eso que encontramos pastas dentales sin flúor para niños y niñas.
Históricamente, se ha relacionado el flúor con la prevención de la caries. Pero, ¿qué pasa? Que actualmente, unido al libre acceso a la información, muchas personas nos cuestionamos su uso debido a la toxicidad y al efecto acumulativo del flúor.
Entre las personas que están a favor de su uso, se defiende que los derivados del flúor, los fluoruros, ayudan a remineralizar el esmalte que va perdiendo el diente. También minimizan la acción de los ácidos y se reduce así la aparición de caries. Entre las detractoras, pensamos que el uso del flúor puede traer menos beneficios que perjuicios. Y además, la hidroxiapatita puede ser más efectiva ante la remineralización.
Igualmente, prefiero dentífricos sin triclosán, pero en momentos puntuales como cuando he tenido alguna infección lo he usado. Ya lo he dicho en varias ocasiones, no me gusta descartar completamente los ingredientes controvertidos…
Algunas pastas de dientes de las que ya te he hablado, pero que me gustan tanto que repito, son éstas:
Y, otras de las que aún no te había hablado pero que me han gustado bastante son éstas:
A continuación incluyo la que he empezado a usar esta semana, que me está encantando. Repetiré seguro. Por cierto, perdón por la foto, que estoy viendo que está muy desenfocada, pero ya no la puedo repetir.
Estas dos no me han gustado especialmente, pero me parecen interesantes porque se pueden adquirir en tiendas físicas.
Bueno, pero el cuidado bucodental no se queda solo ahí.
Es importante limpiarse la lengua también. Yo siempre lo había hecho con el cepillo de dientes, pero ahora he adquirido un limpiador de lengua (no deja de ser un palito que raspa).
A mí no me gusta la seda dental, tuve una mala experiencia con ella y… no la quiero. Así que uso un irrigador dental. Esta semana decidí echarle al agua unas gotas de aceite esencial de árbol del té, que es un potente antiséptico. Y la verdad es que he quedado muy contenta con el resultado. No obstante, si tú eres de las personas que usa la seda dental, decirte que puedes encontrarlas con flúor también.
Por último, es conveniente usar un colutorio. En mis 34 años casi, el uso del enjuague bucal ha sido esporádico, nunca con regularidad… Y no está bien, porque el colutorio debería ser una parte imprescindible del cuidado bucodental. Es verdad que llevo varios meses haciendo el oil pulling, pero a veces decido dejar de hacerlo durante unas semanas y apreciar el cambio. Ahora estoy en uno de esos momentos, por eso quise echar aceite esencial de árbol del té en el irrigador. Un último apunte, al igual que la seda y la pasta dental, debes tener en cuenta los ingredientes que lleva…
Como ves, se puede tener un buen cuidado bucodental y dejar de lado ingredientes tan polémicos… Puedes optar por otros como la arcilla blanca caolín, bicarbonato, aceite de coco, tomillo, salvia, aceites esenciales (menta, lavanda, limón, árbol del té, clavo…), sal marina, xylitol, carbón activado…
¿Tú que cuidado bucodental sigues? No te olvides de acudir al dentista, tanto para revisiones y limpiezas profundas como para consultas específicas.