¡Hola!, ¿Con ganas del fin de semana? Salir, dormir… O trabajar. A mí me gusta ir a trabajar los fines de semana, el transporte público es bastante menos frecuente pero… Todo es más tranquilo, sin agobios.
Hoy escribo un post que no estaba previsto, al menos para estas fechas, pero el otro día me lo pidió una amiga. Y es verdad que es un buen momento para hablarte de maquillaje, porque en esta época suelen empezar los eventos sociales y nos suele apetecer más jugar con el color. Así que te voy a contar cómo lo suelo hacer yo…
<<No uso maquillaje porque me sienta fea, lo uso porque me hace feliz>>
Antes de que me digas nada. Sí, no uso maquillaje natural… Lo sé. Pero tengo mis razones. En primer lugar porque, como ya he comentado, he sido consultora de belleza y, como ahora no me maquillo tan a menudo, pues me duran muchas cosas. También porque, ya que he dado con tonos y fórmulas que me van bien, no quiero cambiar. No lo descarto, pero a día de hoy no no te voy a poder recomendar ningún producto natural…
Como te comenté en este post, este año estoy optando por un maquillaje sutil para diario. Algunos días, no me pongo más que máscara de pestañas, otros, añado la cremas solar con color y polvos translúcidos. Y ya está, ese es mi maquillaje de diario últimamente.
Si es de noche y voy a algún evento sí recurro al maquillaje convencional.
Como base de maquillaje uso diferentes combinaciones. Tras años utilizando la base fluida en acabado mate, ahora estoy prefiriendo usar los polvos minerales. Estos polvos no dan la misma cobertura que me daba la base fluida, así que, a veces, me doy una capa perfeccionadora antes. He probado con corrector, base cremosa, la misma base fluida…
En el contorno de ojos no hago muchos experimentos, ya que tengo la zona especialmente sensible y se ha puesto fatal con otros correctores. Ahora solo aguanto (y, sin abusar, por si acaso) uno en crema. Lo aplico y lo difumino con una esponja en forma de gotita. Y lo sello con polvos translúcidos para que no haga pliegues.
El colorete no lo uso siempre, la verdad. Ya sé que se debería usar siempre para el efecto «buena cara» pero, como tengo la piel sensible y me enciendo con facilidad, suelo prescindir de él. Me gusta muchísimo uno que tengo coral con shimmer. Es precioso, como todos los que tengo, la verdad. Tampoco me contorneo el rostro, no me gusta en mí. Alguna vez he usado bronceador, pero pocas.
Con el iluminador tengo una relación de amor-odio… Tiendo a evitarlo, ya que mi piel suele generar brillos, pero me encanta el efecto del iluminador… Así que, a veces, sucumbo ante él. Y a las horas me arrepiento…
Y pasamos al maquillaje de la zona de los ojos. Yo me maquillo los ojos al final de todo el maquillaje: ¿error? Puede, pero no me sale hacerlo al revés.
Primero me perfilo un poco las cejas y después relleno donde hace falta. Luego me delineo los ojos (en negro o en azul) y/o me pongo sombras de ojos. En ese caso, me pongo una prebase. Aún me queda algo de una que hace que mis sombras aguanten «lo que le echen». Eso sí, cuesta un poco difuminarlas. Es el Primer HD de NYX. Compré otro diferente y, menos mal que lo probé antes de terminar el otro porque no cumplió su función (mi párpado es muy graso, eso sí) es I love Colour Intensifying de Essence. No la he tirado porque no me gusta tirar las cosas, creo que podré utilizarla en algunos momentos… Pero me he comprado una nueva, You better work de Essence. Esta prebase está formulada para aguantar en el gimnasio, es waterproof o resistente al agua… ¡Esperemos que también resista el sebo!
Llegó el momento de hablar de las sombras. Últimamente estoy utilizando más las sombras tipo lápiz o un único color (el bronceador que tengo me gusta mucho como sombra de ojos), pero otras veces sí que me gusta jugar con varios colores. Me suelo decantar por las sombras en blanco y negro, que creo que es como más cómoda me siento; pero otras veces me apetece usar otros colores más llamativos y brillantes (verde, rosa, celeste…), casi siempre combinados con negro mate. Todas son de Mary Kay.
Y, por último, me aplico la máscara de pestañas. A veces uso una prebase, o bien la de Mary Kay, que es muy natural, incluso puede usarse como máscara de pestañas transparente, o la Volume Booster de Essence, que hay que cubrir bien porque es blanca y, como su propio nombre indica, da mucho volumen. Y me aplico la máscara, siempre negra. Una de las Lash Love de Mary Kay. Todas tienen el gupillón de silicona, pero prefiero la que simplemente define las pestañas, que también la hay en versión waterproof y me gusta tanto como la otra, La otra que tengo ahora es la Lengthening, que alarga las pestañas.
No siempre recurro a los productos de acabado como es el spray fijador del maquillaje, aunque os hablaré de él ya que viene una época en la que, al menos en mi caso, es imprescindible. Si lo uso, lo uso justo antes de usar la máscara de pestañas. Y el mío es de Mary Kay (que lo hicieron en colaboración con la prestigiosa firma Skandinävia).
Y por último me pinto los labios. Una vez más, todos los delineadores y labiales que uso son de Mary Kay. Mi tendencia natural son los nudes y los labiales cremosos. Aunque intento salir de mi zona de confort algunas veces: fucsias, rojos, naranjas, labiales mates…
En mi bolso no faltan nunca productos para poder retocarme: los papelillos absorbentes (los que más me gustan son los de Mary Kay, que tienen un tamaño muy bueno) y los polvos compactos.
ACTUALIZACIÓN: Se me ha olvidado decirte algo muy importante. Nunca (jamás de los jamases) me voy a dormir sin desmaquillar. Y, por favor, nunca lo hagáis ustedes. Y, no vale, como dice Tamara, «desde que no me maquillo cumplo esa regla a rajatabla» porque, como dije al hablar del oil cleansing method (el paso en aceite de la doble limpieza), hay mucho más que limpiar con aceite. Tampoco uso toallitas desmaquillantes, pues lo que hacen es emborronarnos la cara… Es preferible acostarnos 5 o 10 miutos más tarde.
Veo que se ha quedado un post muy breve (ejem).Así que he pensado no incluir fotos de los productos. Si tienes interés por alguno, puedes hacérmelo saber sin compromiso.